Significado del Cuatro: Número terrenal de orden y dominio

significado del cuatro

El significado del cuatro depende en esencia de dos figuras: el cuadrado y la cruz. Desde las épocas vecinas de la prehistoria, el 4 se utilizó para significar
lo sólido,
lo tangible, lo sensible. Su relación con la cruz hace de él un símbolo incomparable de plenitud, de universalidad; un símbolo totalizador. Adicionalmente, el cuatro designa el primer cuadrado y la década; la tetraktys pitagórica se produce por la adición de los cuatro primeros números (1 + 2 + 3 + 4). El cuatro simboliza lo terreno, la totalidad de lo creado y de lo revelado.

Además, es también el número de nuestro orden temporal y espacial. Al año lo dividimos en cuatro estaciones, la vida está representada por cuatro etapas: la infancia, la juventud, la madurez y la vejez. Hay cuatro puntos cardinales, cuatro vientos, cuatro pilares del universo, cuatro fases de la luna, cuatro estaciones, cuatro elementos, cuatro humores, cuatro ríos en el paraíso, cuatro letras en el nombre de Dios (YHVH), en el primero de los hombres (Adán), cuatro brazos de la cruz, cuatro evangelistas, entre otros. Cabría considerar al número como el hilo reticular de nuestro entendimiento que nos ayuda a estructurar perfectamente la realidad que nos rodea. En este artículo me dedicaré a explicarte más de este número.

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Una relación con el círculo, la cruz y los etruscos

El significado del cuatro resulta especialmente ilustrativa en relación con el círculo. El círculo representa al hemisferio divino, el cuatro ya sea visto en forma de cruz, cuadrado o cubo; simboliza el hemisferio terrestre. La cuadratura de un círculo resulta del todo imposible, y esto se debe a que con la ayuda de un compás y de una regla no se puede trasladar desde el punto de vista geométrico el contenido completo del círculo al cuadrado. Esto significa, simbólicamente, que con medios humanos (compás, regla) no resulta posible imaginarse cómo sería el cielo o la perfección (círculo).

En la cruz celta nos encontramos unificados el símbolo del círculo y del Cuatro, y simboliza las cuatro estaciones sagradas que tienen lugar a lo largo del año, así como las cuatro fases lunares, tal y como las contamos actualmente, en el calendario original o en la corona de Adviento que estructura perfectamente la figura del círculo con sus cuatro velas.

Esta simbología se expresa de forma significativa en la construcción de las iglesias. Desde tiempos remotos, en la época de los etruscos, se pretendía edificar emulando al cielo y a la tierra, por lo que se construía una muralla cuadrada sobre la que se colocaba una cúpula que imitaba una carpa celestial. Esta simbología resultaba tan importante que fueron exhaustivos los esfuer­zos arquitectónicos que se realizaron para intentar unifi­car y redondear los diferentes tejados y obtener así una cúpula lo más perfecta posible.

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El significado del cuatro en iglesias y su relación con el tres

Los planos de numerosas iglesias presentan igual­mente esta simbología. La gran basílica romana está compuesta por una galería cuadrada (el mundo de los hombres) y por un semicírculo, que en la mayoría de los casos está orientado hacia el Este, que limita con dicha galería y que recibe el nombre de ábside, en la cual antiguamente se encontraba la figura de Dios. En las que se erige el altar y en la que la luz que pasa a través de la ventana simboliza al Dios invisible. Final­mente, el plano horizontal de muchas iglesias y catedrales se termina convirtiendo en una cruz. El punto de corte en el que converge la base longitudinal con la base que define la anchura del edificio en cuestión se denomina intersección de la nave o cuadratura. Representa el mundo terrenal sobre el que se levantará la cúpula celestial.

El significado terrenal del cuatro adquiere también una gran importancia en su contraste con el sagrado tres. Ambos números están presentes en el crucifijo desde el punto de vista simbólico, pues Jesucristo fue crucificado con tres clavos a la cruz, la cual a su vez representa al número cuatro y, por lo tanto, al mundo terrenal. De esta manera, la simbología de los números viene a resaltar que lo divino (el Tres) desciende a lo terrenal (el Cuatro) asumiendo así el dolor del mundo.

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Un número no tan puro y limpio

Veremos en los siguientes párrafos algunas asociaciones importantes que permiten ver en el significado del cuatro un tono más oscuro. Por ejemplo, en la Biblia, y especialmente en el Apocalipsis, esta cifra sugiere también la idea de universalidad: los cuatro seres vivientes son el conjunto de los que viven en
el mundo de la luz (están llenos de ojos). Los cuatro jinetes traen las cuatro plagas principales.

Cuatro son los colores de los caballos que se corresponden a los puntos cardinales y a los del día, para mostrar la universalidad de la acción en el espacio y en el tiempo: blanco es el este y el alba; rojo, el sur y el mediodía; glauco el oeste y el crepúsculo; negro el norte y la noche. Los cuatro ángeles destructores de pie en las cuatro esquinas de la tierra.

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Otro inconveniente…

Existe un pequeño problema con éste número, pues al englobar todos los aspectos de la unidad o del todo absoluto (círculo), entraría en él tanto lo sagrado como lo profano. Esta problemática viene reflejada en una serie de grupos de cuatro elementos:

  • El legado de los judeocristianos hace mención a tres arcángeles que gozan de un gran reconocimiento: se trata de san Miguel, san Gabriel y san Rafael. El cuarto arcángel al que se suelen referir varía, no es uno fijo, pero en general se suele tratar de un arcángel con fama de ángel de la muerte, como, por ejemplo, Uriel, que es considerado el guardián de los infiernos.
  • En la famosa obra de Goethe Fausto, es Mephistófeles el personaje que junto con Miguel, Gabriel y Rafael conduce el prólogo al cielo.
  • El cuarto jinete del Apocalipsis, al que se refiere la Biblia, es terrible. Representa a la muerte, que termina llevándonos al infierno.
  • El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo forman la Santísima Trinidad. El cuarto lugar lo ocuparía seguramente el mismo demonio.
  • Ovidio describe las cuatro eras o edades del mundo. Las tres primeras están representadas por metales nobles como son el oro, la plata y el bronce. Sin embargo, nuestra era actual viene simbolizada por un metal, el hierro, que no es noble y que resulta mucho más tosco y rudo.

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  • Según los antiguos egipcios, la diosa celestial Nut dio a luz a cuatro dioses: Isis, Osiris, Nefitis y Seth. Este último resultó ser el dios egipcio de la guerra, el caos y las tormentas.

El significado del cuatro para Carl Jung

La tendencia a dividir el todo en cuatro segmentos está tan extendida, que Jung consideró esta «cuaternidad» como un arquetipo. El psicoanalista
utiliza como representaciones arquetípicas:

  • Eva, que representa funciones puramente instintivas y biológicas.
  • La Helena de Fausto, que personifica el nivel romántico y estético, aún caracterizado sin embargo por elementos sexuales.
  • La virgen María, en quien el amor (el eros) alcanza la altitud de la devoción espiritual.
  • La sulamita del Cantar de los Cantares, encarnación de la Sabiduría que trasciende incluso la santidad de la pureza.

Así, el significado del número cuatro dentro del sistema entero del pensamiento jungiano está fundado en la importancia fundamental que reconoce este número; la cuaternidad representa para él «el fundamento arquetípico de la psique humana»; es decir, la totalidad de los procesos psíquicos conscientes e inconscientes. Todo su análisis de los tipos psicológicos descansa en efecto sobre su teoría de las cuatro funciones fundamentales de la conciencia: el pensamiento, el sentimiento, la intuición y la sensación.

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Un número de poder y dominio: Significado del cuatro

El significado del cuatro suele tornarse en algunos casos como símbolo de dominio. En el antiguo Egipto y en Babilonia el rey mandaba sobre los cuatro puntos cardinales. En la ceremonia de subida al trono el nuevo rey hacía un movimiento peculiar con la espada. La esgrima en el aire en las cuatro direcciones posibles (norte, sur, este y oeste) pretendía demostrar con este gesto que él gobernaba en todos los rincones del mundo.

Por otro lados, en el Tarot, el cuatro también sale a colación en una carta que encierra en sí mucho poder, la carta número IV, la del Emperador, en la que vienen representados varios caracteres de este número. El Emperador es capaz de transformar los deseos (agua), las ideas (aire) y los positivos (fuego) en realidad (tierra). También simboliza el orden y la continuidad, y refleja así la estructura temporal y espacial.

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La evolución de las poblaciones

Finalmente llegamos a una última interpretación, en la cual las ciudades tendrán un papel esencial así como también ciertas figuras geométricas. En este sentido, suele agradarnos lo que es recto y cuadrado y eso lo demuestra nuestra forma de vivir. Los pueblos más arcaicos viven o vivían en cuevas, en habitáculos con forma circular o tenían la costumbre de acampar alrededor de un fuego formado en círculo.

Cuando el hombre abandona la naturaleza y comienza a crear poblaciones mayores y ciudades, el cuatro comienza a verse representado en sus edificaciones. Según los legados que hacen referencia a la creación de la ciudad de Roma el 21-4-753 a. de C., en su inicio la ciudad tenía forma cuadrada (Roma Cuadrada). Da igual las dimensiones que tenga una población o ciudad, aún hoy seguimos viviendo en habitaciones cuadradas que son parte de una casa o piso cuadrado, con ventanas, puertas, mesas, armarios y camas cuadradas. Y además cada uno dispone de su «cuarto».

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